|   Sobre los elementos de los sólidos ¿Cuánto mide el ángulo de...? Las transcripciones que incluimos aquí corresponden 
        a discusiones entre niños de 12 años en clases laboratorio, 
        en el marco de un proyecto de investigación. Se centraba la atención 
        en la descripción de familias de sólidos considerando los 
        diferentes tipos de ángulos de los sólidos o se abordaban 
        tareas de clasificación en las que se utilizaban estos elementos 
        para describir alguna de las familias de sólidos que se habían 
        establecido (por ejemplo, los prismas cóncavos y convexos). Al 
        considerar como elementos de los sólidos los ¨ángulos¨, 
        se habían distinguido tres tipos:  
        1. Los ángulos de las caras, que corresponden 
          a los ángulos de los polígonos que forman el poliedro. 
          Al centrar la atención en ellos se había subrayado que 
          su estudio correspondía al de los ángulos de los polígonos, 
          sólo que al hablar de ángulos de las caras, en vez de 
          fijarnos sólo en los de un polígono se consideraban los 
          de todos los polígonos que formaban el poliedro. 2. Los ángulos diedros, que corresponden 
          a los ángulos que forman las caras al juntarse. Se remarcó 
          que, al igual que en el plano, dos segmentos forman un ángulo 
          al juntarse en un vértice, en el espacio, dos caras forman un 
          ángulo diedro al juntarse formando una arista. Después 
          de hacer notar que el problema de medir ángulos diedros se puede 
          convertir en un problema de medir ángulos en el plano, los estudiantes 
          pudieron conjeturar que, como se muestra en la figura, los segmentos 
          que se han de seleccionar para ello han de ser uno de cada cara que 
          forma el ángulo diedro, se han de juntar en un punto de la arista 
          que forman estas caras y han de ser perpendiculares a la arista.  figura 11
3. Los ángulos de los vértices, 
          que corresponden a la suma de los ángulos de los polígonos 
          que se juntan en un vértice. Se centró la atención 
          en que estos ángulos dan una idea de lo ¨abierto¨ que 
          está el vértice y que para hallar su medida se ha de conocer 
          la medida de los ángulos de los polígonos que se juntan 
          en el vértice y después hacer una suma.  Protocolo 1: Caracterizando los prismas cóncavos 
        y convexos. La conversación que transcribimos a continuación 
        se planteó cuando intentábamos precisar en términos 
        geométricos la idea visual de los sólidos cóncavos 
        que habían expresado: "si la base tiene un ángulo hacia 
        adentro".  
         
          | {1} P: | ¿Cómo se podría decir 
            de otra manera? Los ángulos tienen una medida... |     
 figura 12 |   
          | {2} E1: | Cuando hay un obtuso pero metido para adentro. |   
          | {3} E2: | No mira éste [En el prisma que es una E, 
              señala un ángulo entrante pero considera el exterior]. |   
          | {4} E1: | Pero tú lo estás midiendo así 
              [lo señala por fuera] y yo lo estoy midiendo así [lo 
              señala por dentro]. |   
          | {5}P: | ¿Cómo lo consideráis recto u obtuso? 
            ¿Cómo lo medirías? |   
          | {6}E3: | Yo así [y lo señala por fuera]. Así 
            también [lo señala exterior]. |  |   
          | {7}E1: | Yo al revés [Lo señala interior]. |  |   
          | {8}P: | Construye un polígono con varillas, lo va 
              transformando y pregunta que cómo miden sus ángulos. 
              Mientras los polígonos son convexos, todos ellos consideran 
              los ángulos interiores.  Luego los transforma en cóncavos, de manera que tengan ángulos 
              rectos interiores y exteriores, como en la figura. Pide que se mida 
              el ángulo cóncavo. |  |   
          | {9}E1: | ¿Y por qué ahora tenemos que medirlo 
            así [e indica el ángulo exterior] en vez de así 
            [e indica el interior]? | 
 figura 13 |   
          | {10}E3: | [Señala uno de los ángulos cóncavos 
            por fuera y dice]: Este es recto. |   
          | {11}E3: | Se ríe y dice: Yo lo mido por fuera y los otros 
            por dentro. Todos se ríen. |  |   
          | {12}P: | O sea, que unos los mides por fuera y otros por dentro. 
            ¿Y qué pasa si los mides todos por dentro? |  |   
          | {13}E3: | Pues que esto [señala un ángulo de 270°] 
            no es recto. |  |    
        
          | En experimentaciones que hemos 
              realizado en las que han participado estudiantes para maestro y/o 
              con maestros en ejercicio, al caracterizar las familias de los prismas, 
              convexos y cóncavos, o cuando se intentaba obtener la medida 
              de los ángulos de los vértices de algunos prismas 
              cóncavos como el de la figura, constatamos en repetidas ocasiones 
              que cuando los ángulos de un polígono miden más 
              de 180°, algunos estudiantes consideran el ángulo exterior 
              del polígono y cuando miden menos de 180° consideran 
              el ángulo interior. | 
 figura 14 |  Y esto ocurre con más frecuencia cuando el polígono 
        que se presenta tiene ángulos interiores y exteriores que miden 
        90°. En prismas como el de la figura son muy comunes las respuestas 
        en las que se indica que todos los ángulos miden 90°. La explicación podemos encontrarla en que en la 
        experiencia anterior de estos estudiantes con el estudio de la geometría, 
        a los ángulos rectos se les ha prestado más atención 
        que al resto de los ángulos y a los polígonos convexos más 
        que a los cóncavos. Si se desarrollan estas tareas en clase, cabe 
        centrar la atención en las condiciones que hay explícitas 
        en las ideas que expresamos de estos elementos o en los convenios que 
        hacemos. Con respecto a los ángulos, cabe señalar que normalmente 
        nos referimos a los ángulos interiores, por lo que, al hablar de 
        ángulo de un polígono, si no se aclara más, cabe 
        pensar en el interior. También puede ser interesante remarcar que 
        con lo que hay que tener especial cuidado es con no seleccionar unos y 
        otros indistintamente; que cuando en las tareas haya que considerar ángulos 
        de un polígono, se tiene que tener cuidado con seleccionar todos 
        del mismo tipo, o siempre los interiores o siempre los exteriores.     Protocolo 2: Midiendo ángulos diedros El protocolo siguiente lo hemos mostrado también 
        en un artículo de Educación Matemática de 2004 (Guillén, 
        2004), al que también se hace referencia en la sección Para 
        saber más. Remitimos a este trabajo donde se presenta un estudio 
        detallado sobre la clasificación. Por un lado se pueden encontrar 
        diferentes aproximaciones para su estudio en primaria, por otro, diferentes 
        problemas que se pueden estudiar ligados a la clasificación. También 
        podemos encontrar respuestas de estudiantes, que informan sobre dificultades 
        que pueden encontrar estudiantes de diferentes niveles, y discusiones 
        interesantes sobre la clasificación, que surgen en el contexto 
        de clase al observar en un objeto algo que hasta entonces no se había 
        puesto en evidencia. La discusión que se transcribe a continuación 
        tuvo lugar entre niños de 12 años en sesiones laboratorio, 
        en el marco de un proyecto de investigación. La actividad en la 
        que estaban implicados era la de la medida de ángulos diedros de 
        algunos prismas rectos y oblicuos para los que tenían el modelo. 
       
         
          | 
              Disponían también de varillas, que podían 
                utilizar como representantes de los segmentos que había 
                que elegir, y de un dispositivo comercializado para medir ángulos 
                diedros. Como los niños no conocían el instrumento, intentaban 
                usar las varillas, colocándolas juntas perpendicularmente 
                a la arista lateral (como en la figura) y las desplazaban paralelamente 
                hacia la base. Pero, en este caso, trabajar con varillas creó 
                nuevos problemas. | 
 figura 15 |  Al llegar al vértice del prisma, giraban el ángulo 
        formado por las varillas hasta hacerlo coincidir con el ángulo 
        de las bases. Así, no aceptaban que el ángulo diedro de 
        las caras laterales no coincidía con el correspondiente de la base. 
        Las siguientes respuestas dan prueba de ello. 
         
          | {1} E1: | Mira ponemos esto [las varillas] paralelo 
            a esto... más o menos; paralelo no, perpendicular [las coloca 
            perfectamente. Se preocupa de que las varillas no se abran más 
            ni menos y las lleva al vértice del prisma] Y no. No, no... 
            ¿No daaa?. No, pero sí que da. [Vuelve a hacerlo]. |   
          | {2} E2: | Haces así, lo pones así, 
            sigo subiendo y aquí [en el vértice] éste se 
            para [la varilla que está sobre un lado del polígono 
            de la base] y éste sigue subiendo. Y llega un momento en que 
            coincide..., |  
              
 figura 16    figura 
                17
 |   
          | {3} E1: | Aquí, si lo subes todo paralela [las dos 
              varillas], no. Pero si subes éste [una varilla] más, 
              sí que es. ¿No? Pero los ángulos son iguales, 
              aquí y aquí, y aquí. Mira si un ángulo 
              lo pones aquí y es de 90° o lo pones aquí da lo 
              mismo porque sigue siendo de 90°. Y si lo pongo de pié 
              también. ....[las dos varillas con una abertura fija las 
              coloca en diferentes sitios giradas sobre la mesa, como en la figura]. Mira yo no la cambio [se refiere a la abertura] y sí que 
              da. Nadie lo puede negar. Dejo la misma abertura. No me entendéis. 
              Sólo hago así [hace gesto de girar] pero dejo la misma 
              abertura...  |  Cuesta bastante que se llegue a aceptar que en los prismas 
        oblicuos, los ángulos diedros de las caras laterales no coinciden 
        siempre con el ángulo correspondiente del polígono de la 
        base. Se puede hacer notar que al mover la varilla girándola deja 
        de ser perpendicular a la arista, pero si algún estudiante tiene 
        resistencia a cambiar de idea, aunque acepte que efectivamente deja de 
        serlo, porque al mirar el ángulo que forma el lado de la base con 
        la arista lateral no es de 90º, puede no tenerlo en cuenta. Esto es lo 
        que ha ocurrido en la sesión que estamos describiendo y también 
        en otras experimentaciones en las que participaron estudiantes para maestro. 
        Los estudiantes aceptan sin resistencia que para medir el ángulo 
        diedro que forman dos caras hay que seleccionar segmentos perpendiculares 
        a la arista que forman estas caras al juntarse y que cuando una de las 
        varillas se gira, deja de ser perpendicular a la arista; pero el peso 
        que tiene en algunos la idea de que para medir ángulos diedros 
        de las caras laterales se pueden seleccionar los lados del polígono 
        de la base que se juntan en el vértice en el que concurre la arista, 
        les lleva a que no se tenga en cuenta esta condición. E1 continuó 
        justificando de nuevo su respuesta dada en {3}, basándose en el 
        hecho de que los ángulos no cambian porque cambie su posición. 
        La sesión continuó como sigue.  
         
          | {4} E1: | A ver, una pregunta: si tenemos dos lados 
            así  , mide 
            90° ¿no? Y si los tenemos así  también, 
            ¿no? Pues ya está... [Toma dos varillas unidas]. O sea 
            que si lo pongo así y así [mueve el ángulo que 
            ha construido para colocarlo en diferente posición] es que 
            ya no está lo mismo... |  |   
          | {5} P: | Bueno vale, vamos a medir los ángulos 
              con este instrumento que no cambia la abertura. Vamos a ver los 
              pasos que tenemos que dar. [Muestra en un modelo cómo medir el ángulo que forman 
              dos caras, como se ilustra en la figura].  Primero, dibujamos los segmentos de partida, uno de cada cara, 
              concurrentes y perpendiculares a la arista que forman estas dos 
              caras.  Sobre ellos colocamos el instrumento que nos mide el ángulo 
              diedro. Éste permite dejar fija una abertura, cosa que no 
              ocurre con las varillas. Lo colocamos sobre estos segmentos y lo 
              desplazamos paralelamente de manera que nos vamos acercando hacia 
              la base. Sobre los lados de la base ¿Qué ocurre? Todos los niños quieren medir ángulos diedros con 
              este instrumento de medida. | 
 figura 18 |   
          | {6} E1: | A ver. Lo pongo perpendicular...Ya está. 
            Lo llevo a la base... Y no coincide. Bueno.. pero... Algunos, no todos. 
            Por muy poco... |  |   
          | {7} E2: | Claro. Pero no coincide.  |  |   
          | {8} E3: |  Eso... no coincide.  |  |   
          | {9}P: | Lo que pasa con las varillas es que cuando se giran 
            dejan de ser perpendiculares a la arista y los segmentos que se han 
            de utilizar para medir los ángulos diedros, tienen que serlo. |  |  En {5} a {8} se muestra que después de haber tenido 
        una discusión como la descrita en {1} a {4}, si se dan las instrucciones 
        que indica el profesor en {5} y se usa el instrumento para medir ángulos 
        diedros, se acepta de inmediato que los prismas oblicuos no verifican 
        la propiedad. Es decir, que en los prismas oblicuos algunos ángulos 
        diedros de las caras laterales no coinciden con el ángulo correspondiente 
        del polígono de la base. Ahora bien, la idea es muy resistente 
        y en otras ocasiones en las se plantea la cuestión la idea errónea 
        vuelve a aparecer. Resulta interesante haber dado la posibilidad de que 
        se tuviera una discusión como la que hemos descrito, pues no sólo 
        facilita considerablemente que los propios niños o estudiantes 
        para maestro revisen la respuesta que se ha dado; recuerdan también 
        las características que tienen que tener los segmentos cuyo ángulo 
        coincide con el ángulo diedro correspondiente y las posibilidades 
        que tenemos para esta elección. regresar arriba | 
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